La ofrenda de Harrison Ford

Pronto se estrena en las salas de todo el mundo la quinta entrega de Indiana Jones. Por qué es un evento histórico más allá del gusto de la crítica.

En pocas semanas se producirá un suceso bastante relevante y de esos que solo nos ofrecen el negocio del espectáculo. Harrison Ford volverá a los 80 años con el estreno de la quinta película de Indiana Jones en los cines de todo el mundo. La nueva entrega de una de las franquicias cinematográficas más adoradas de la historia se convierte en un evento extraordinario por una razón particular. Son contadas con los dedos de una mano las posibilidades que tenemos los seres humanos de ver envejecer a nuestros ídolos en la pantalla.

Pero no solo eso. El regalo es doble porque el hecho de que Ford siga aún en las pistas nos permite a los que vivimos en los 1980, la chance de también ver a uno de nuestros personajes legendarios peinar canas en una nueva aventura. Envejecer en vivo y en directo no es una experiencia nueva para este actor: ya lo había hecho interpretando a Han Solo en la saga de Star Wars, y ahora lo repite con el arqueólogo aventurero del látigo y el sombrero. Ambos filmes en un arco temporal de unos 40 años desde el comienzo. ¡40! Y eso sin contar su reciente regreso como Rick Deckard en la secuela de Blade Runner.

Permítaseme la alevosía, pero realmente no importa mucho si la nueva película es buena o no. El evento en sí mismo es la actuación de Ford. Así lo entendió el público en el festival de Cannes el fin de semana pasado cuando ovacionó la premiere durante varios minutos, acción que suele estar reservada a los notables hallazgos, mientras Harrison saludaba visiblemente emocionado a la tribuna. La crítica luego le fue implacable, pero digamos todo: el cine no es solamente técnica, sino también negocio de emociones, y hay que admitir cuando estamos ante la presencia de un acontecimiento irrepetible e inolvidable.

La Inteligencia Artificial de la que todos hablan no solo reemplazará muchos puestos de trabajo tediosos, llanos y que hoy damos por sentado, sino que lo podrá hacer también con las estrellas de Hollywood. Sin ir muy lejos, hace poco los efectos especiales “revivieron” a la actriz Carrie Fisher en su rol de princesa Leia cuando ésta falleció antes de terminar la última y más reciente trilogía de La guerra de las galaxias. Los efectos especiales también rejuvenecieron a Mark Hamill para traer a un lozano Luke Skywalker en El Mandalorian. También hicieron volver en el tiempo a Robert De Niro en El irlandés. A ver, el “relevo” ya está ocurriendo. Tener a un tipo de carne y hueso durante 40 años entregando a un personaje en diferentes etapas de la vida es tal vez una de las últimas grandes ofrendas del cine. Y por favor que no me digan que eso no es arte también. 

Publicado originalmente en La Voz del Interior – Domingo 28 de mayo de 2023

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