La lección de «Ripley»: cómo el streaming readapta los clásicos para la tele

Nuevas viejas historias han copado la programación de la pantalla chica bajo una nueva premisa: no importa más el largo.

Para los que vimos El talentoso señor Ripley a fines de los 1990s, que Netflix nos ofreciera ahora Ripley en formato serial parecía una cargada. Su carácter de thriller y el particular destino de sus personajes hacían de la experiencia un incómodo espóiler, pero, debo admitir, no fue ya saber el final, su apuesta al blanco y negro o la performance de Andrew Scott lo que me resultó brillante, sino el desarrollo del tercer capítulo de la miniserie.

Ripley no es lo único que resulta “cara conocida” en una repasada rápida por la oferta de programación de streaming. En los últimos meses, la televisión ha estado entregando series, la mayoría de ellas adaptadas de libros homónimos, y que en algún momento desde (al menos) los 1980 a esta parte fueron una película y que, muy probablemente, los mayores de 30 años ya hayamos visto alguna vez. Ripley, Shogun, Sr. y Sra. Smith, One day y próximamente Se presume inocente, son algunos ejemplos.

¿Otra vez arroz? “Y bueno, dale”, habrá dicho ese productor al que le trajeron la carpeta con el proyecto, total la audiencia se renueva. Pero si bien eso es cierto, también es cierto que además de renovarse lo hace bajo sus propias reglas.

Entonces, qué más fácil que echar mano de lo viejo conocido (y ya probado en su potencial de enganche) como para acortar procesos, pero ofrecérselo a las nuevas generaciones en el formato que ellos prefieren (a demanda) y, ya que estamos, sacarle provecho de lo que el cine jamás podrá ofrecer: extensión. Porque la serie es la hermana charlatana de la película, puede extenderse por horas, ampliar nuevos arcos narrativos, desarrollar personajes impensados y regodearse en el detalle.

Y allí es donde el capítulo 3 de Ripley, en el que el psicópata manipulador consuma su obra maestra y se auto concibe en ese mismo proceso, es donde nos gusta más la hermana. El formato serial supera al de la película por creces, porque le da lugar para explayarse, porque ya venimos conociendo al personaje al mismo tiempo en el que él se da cuenta de lo que es capaz de hacer. El capítulo es estremecedor y tal vez más cercano a la experiencia del lector que de lo que la película visualmente jamás podría ofrecer.

Aunque de menor calidad, pasa algo similar con One day, que también cuenta con un popular antecedente cinematográfico con Anne Hathaway allá por 2011. La nueva versión llegó a Netflix en formato de serie de ¡14 cápsulas!, respetando la idea de la novela original que narra la historia de encuentro y desencuentro de una pareja en un periodo de 20 años, siempre el mismo día. Aprovecha el espacio para explayarse, no necesita machete. ¿Tal vez muy larga? Será cuestión de gustos.

Y la que se sumará pronto a la partida (como mencionamos más arriba hay varias más) es Se presume inocente, ahora con Jake Gyllenhaal en el rol que en los 1990s inmortalizó Harrison Ford, tal vez el apogeo de su carrera. Esta vez, la historia sobre ese abogado que de repente se ve envuelto ¿sin querer? en el crimen de su colega y amante, tendrá ocho episodios que se verán por Apple TV desde este miércoles 12 de junio.

¿Es moda? Todo indica que estamos más frente a una tendencia que a una rareza. Esta “cara conocida” que nos ofrece la pantalla chica hoy es más que reciclaje por delivery para los más jóvenes. Es también consecuencia de varios procesos que ocurrieron en 2023. La cantidad de series originales creadas para televisión estrenadas en EE. UU. el año pasado cayó un 24% en comparación con 2022. Esto se debió al ahorro de costos por el que atraviesan las grandes cadenas de streaming (y que han traído de vuelta el aviso comercial y que Netflix ya no nos deje compartir la clave con el vecino), pero también responde al paro de los guionistas de Hollywood que tuvo en pausa a la industria durante varios meses. Nada es casualidad. Por ahora, contenido original habrá, pero poco. Al menos, nos queda como ejercicio poder descubrir algún pequeño diamante en el barro de lo que ya conocemos, como el episodio 3 de Ripley.

Publicado originalmente en La Voz del Interior – Domingo 9 de junio de 2024

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