Algunas grandes razones para ver “Ted Lasso”

Ted Lasso

Esta comedia, que acaba de estrenar su flamante segunda temporada en Apple TV, se convirtió en un respiro televisivo de esta pandemia.

Tal vez Ted Lasso no sea recordada en el futuro como una de las mejores comedias de la historia de la televisión. No tendrá intrigas políticas ni tragedias shakesperianas, pero qué linda que es. Y qué conveniente, qué acertada, qué feliz.

Tal vez ese sea su mayor logro: el sentido de la oportunidad, el haberse creado para ser estrenada en medio de una pandemia mundial, un poco para dar a conocer una nueva plataforma, con artistas de mando medio, casi como un experimento sin mucho porvenir; y sobresalir, sin querer, como un veranito de San Juan en pleno invierno. Lo que nos hace adorarla es justamente eso: su fulgor en esta época tan oscura.

Ted Lasso es como si Eber Ludueña, ese personaje vernáculo que habitó alguna vez la televisión argentina, de repente se hiciera show. Apuntalada desde el lugar común de la superación a través del deporte, Ted Lasso es un personaje inventado para comerciales por el comediante de la prestigiosa factoría de Saturday Night Live, Jason Sudeikis, al que alguien le vio potencial y decidió darle largo aliento ficcional.

Ahora Lasso salta del espacio publicitario para convertirse en un entrenador de fútbol americano “exitoso” que se muda de Kansas a Londres para dirigir un club de la Premier League sin saber nada de ese otro “fútbol” del que hablamos el resto del planeta. Es decir, pasa del fútbol de Tom Brady al fútbol de Lionel Messi sin manual de instrucciones, solo dotado de buenas intenciones.

El acierto risible está en el contraste, en el choque cultural, en el encontronazo entre el dialecto del midwest americano de Lasso y el cockney de los jugadores a los que debe preparar. Pero el programa no se queda en eso. A contramano del mundo, Ted Lasso es un optimista. Todos lo subestiman, lo quieren ver caer, fracasar, pero él parece inalterable, es un loco lindo, un entusiasta de la vida que por momentos puede pasar por un iluso.

De más está aclarar que pronto dejará ver sus capas y lo que sale de allí es una hermosa metáfora sobre la vida: no todo es color de rosa, pero todo siempre depende del punto de vista.

Ahí es donde esta serie, que acaba de estrenar su flamante segunda temporada en Apple TV, se convierte en el respiro televisivo de esta pandemia, en un remanso entre tanta podredumbre, en un gol de media cancha hacia el final de un partido de la copa, en una de las pocas cosas para ver que pueden sacarnos una sonrisa chueca, pero sonrisa al fin. Los invito a verla.

Publicado originalmente en La Voz del Interior – Domingo12 de agosto de 2021

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